¿Eres una de esas opositoras que se estresan fácilmente y tienen miedo al fracaso? Todo el mundo tiene ese momento en el que las cosas no salen como las había planeado. Es una parte inevitable de la vida. Sin embargo, la forma de reaccionar ante estos momentos marca una gran diferencia en tu vida. El miedo es natural, pero no tiene por qué controlar tu vida o tu rendimiento. Un nivel saludable de miedo te ayuda a mantenerte a salvo alertándote de posibles peligros. Pero cuando el miedo empieza a limitar tu capacidad de funcionamiento, es el momento de tomar medidas. Aprender a enfrentarte a tus miedos en el estudio te ayudará a lidiar con el estrés y a rebajar la ansiedad de forma natural y sin efectos secundarios. Aquí tienes algunas ideas sobre cómo enfrentarte a tus miedos en el estudio
Identifica la causa de tu miedo
El primer paso para afrontar tus miedos es identificar y entender de dónde vienen. ¿Tienes miedo a suspender un examen? ¿Y a hablar en público? ¿Tienes miedo a estar solo? ¿Tienes miedo a enfermar? ¿Tienes miedo al rechazo? ¿Tiene miedo al éxito? Éstos son sólo algunos ejemplos de las razones por las que la gente puede sentir miedo. Entender por qué te sientes así te ayudará a superarlo.
Aprender técnicas de afrontamiento
– Permanece en el momento presente: Si te encuentras con un pensamiento negativo, intenta traer tu mente de vuelta al presente. Céntrate en lo que está ocurriendo ahora mismo, en lugar de en lo que puede o no puede ocurrir en el futuro. Cuando te centras en el momento presente, te permites ser plenamente consciente de lo que ocurre a tu alrededor y en tu interior. Esto te ayudará a evitar que tu mente se descontrole.
– Respira: Si te sientes abrumada, es importante que respires profundamente. Cuando estamos estresados, nuestra respiración se vuelve superficial, lo que conduce a una sobreproducción de la hormona del estrés, el cortisol. Esta es una reacción corporal natural, pero también puede provocar ansiedad y otros problemas de salud si no la controlas. La respiración profunda te ayudará a ralentizar tu mente y a mantenerte en el momento presente. Se ha demostrado que reduce la ansiedad y los niveles de cortisol, además de mejorar el estado de ánimo.
– Escribe tus sentimientos: Si te cuesta calmarte, prueba a escribir tus sentimientos. Los estudios demuestran que escribir sobre situaciones estresantes ayuda a reducir los niveles de cortisol y aumenta la sensación de calma.
– Meditar: La meditación no sólo es una gran manera de reducir el estrés, sino que también puede ayudarte a ser más consciente de tus sentimientos. Esto le permitirá comprender mejor lo que le provoca para poder afrontarlo mejor.
– Habla con alguien: A veces sólo necesitamos a alguien con quien hablar. Si crees que estás perdiendo el control, acude a un amigo o a un familiar. Esta puede ser una buena manera de sacar a la luz tus pensamientos y sentimientos y obtener algo de apoyo.
– Reutiliza tu energía: Si te sientes tensa y estresada, levántate y camina un poco. Deja que tu cuerpo se relaje y libere parte de la energía acumulada. Volverás al trabajo renovada y con una nueva perspectiva.
Dar pequeños pasos
Si te sientes abrumada, puedes intentar dar pequeños pasos en dirección a tu objetivo. Dividir los objetivos grandes y aterradores en tareas más pequeñas puede ayudarte a sentirte más segura y menos ansiosa. Recuerda que no tienes que terminar un proyecto importante de una sola vez. Puedes dividirlo en tareas más pequeñas y retomarlas más tarde. Por ejemplo, si estás estresada por un examen, divide tu tiempo de estudio para centrarte sólo en pequeñas partes a la vez. Recuerda que no tienes que hacerlo todo a la perfección si esto te bloquea y que no tienes que hacerlo todo a la vez.
Desarrollar un ritual
Crear un ritual antes de empezar a estudiar puede ayudarte a tener la mentalidad adecuada y a reducir el estrés y la ansiedad. Puede ser algo tan sencillo como encender una vela, poner tu lista de reproducción favorita o dar un paseo. Encuentra una actividad que te ayude a ponerte en el estado de ánimo adecuado y a concentrarte en la tarea que tienes entre manos. Debes encontrar algo que te funcione y que puedas hacer cada vez que tengas que estudiar. Aunque los rituales no tienen por qué ser nada serio, tener una forma especial de prepararse para estudiar puede facilitar que te pongas en el estado de ánimo adecuado. Te ayudará a evitar distracciones, a aumentar tu concentración y a hacer la experiencia más agradable.
Mueve tu cuerpo
Hacer ejercicio es una forma estupenda de controlar el estrés y mejorar el estado de ánimo. Es una forma física de liberar la energía negativa y puede ayudarte a ser más consciente. Cuando corres, o haces otro tipo de ejercicio cardiovascular, no puedes pensar en nada más. No puedes distraerte con los problemas del trabajo o de la oposición porque estás demasiado ocupada concentrándote en tu respiración, manteniendo un ritmo fuerte y esforzándote. Es ideal para despejar la mente y descansar de lo que te estresa. Si te cuesta calmarte cuando estás estresada, prueba a hacer ejercicio. Te ayudará a liberar esas emociones negativas para que puedas centrarte en lo que es importante.
Conclusión
Cuando te enfrentes a tus miedos, recuerda que es normal y natural sentir miedo. Es una señal de que te estás desafiando a ti misma y creciendo como persona. Todo el mundo tiene miedos e inseguridades, así que no dejes que eso te impida alcanzar tus objetivos. Lo más importante es recordar que puedes hacerlo. Con práctica y paciencia, superarás tus miedos y vivirás tu vida al máximo.